domingo, 28 de noviembre de 2010

Es difícil definir a Mandioca


Es difícil definir a Mandioca. Primero por que hay que descontextualizar su origen lingüístico como tubérculo para volverlo un tuberculoso del futbol y las reuniones cotidianas. Deberíamos arrancar desde este punto para iniciar su origen.
Dejaremos de lado todo lo que corresponde a su etimología como planta y solo nos dedicaremos a inmortalizarlo en el plano de lo “deportivo”, si se lo quiere clasificar en un principio de este relato.
No hay mejor trabajador de la eternidad que el tiempo mismo. Este corredor inalcanzable vive sus días embebido por una contradicción difícil de explicar y en un arrepentimiento continuo, diría insuperable. Está obligado a repasar su existencia diariamente y encontrar en muchos casos que ha engrandecido, sin querer y algunas veces, a personas, instituciones o demás sujetos poco agradables que resurgen de la vida misma de este actor (parafraseándolo al tiempo como una cosa viviente) y terminan por inmortalizarse para siempre en su continuidad y en la historia semejante.
No se si mandioca entraría dentro de este caso. Seguramente que si. Imagino al tiempo regocijándose de dolor en algún rincón del universo cuando repasa este cuento ganado por nosotros mismos, que contradictoriamente a el, disfrutamos sin cesar en esta venganza de la eternidad propia que conseguimos de forma colectiva.
Discúlpenme el atrevimiento hacia el pasado pero me parece sustancial a la hora de definir al deportivo mandioca, siempre libertando la constitución misma de esta organización de amigos. Leyendo algunos fragmentos puedo rescatar con orgullo la siguiente afirmación “Institución creada con los fines de engrosar el material anecdotario de sus participantes (…) Entre sus logros cuenta con varias estrella de historias pa contar” No me parece poco, mas me parece mucho. Me parece mucho como institución deportiva decidir la lucha contra el tiempo en materia de anecdotario y no desde lo deportivo mismo, lo cuál sería más fácil, supongo.
Digo más fácil en esta idea social del primero como el mejor y así sucesivamente hasta caer en lo más profundo del desprecio futbolístico, lo cual muchas veces excluye de juntadas y reuniones, estas, a las que mandioca decidió poner en el pedestal desde el día de su misma creación. Para mi, como integrante y analista de mate amargo, no tiene comparación alguna, ni con la copa mas grande del mundo ni con el primer puesto del universo mismo.
Así, los asados se hicieron los entrenamientos más comunes. Se cambiaron los piques cortos por picadas largas. Las abdominales duras por costillas y vacíos blandos. Los gritos de sudor por canciones y guitarreadas. La respiración cansada por charlas inagotables.
Esa fue el arma y parece que nos funcionó. Por que además, así como alguien nos puede imaginar, también logramos el título deportivo, pero con la excusa del asado final.
Que mejor que jugar un ultimo partido imaginándose la alegría y la mamúa de los compañeros en la conclusión del día de aquel festejo glorioso.
Pero ojo. Por que mandioca además tiene la ventaja de la derrota. De regocijarse de alegría ante la misma sonrisa del fracaso deportivo. Esta contradicción utópica para algunos, solo se trabaja con los años y con las ideas. Es una ventaja que difícilmente se consigue y difícilmente se enseña. Solo hay que entenderla y seguramente se disfrutará de la misma manera que los laureles del éxito. Por eso, cuando quiero definir al deportivo mandioca no encuentro otra alternativa que repasar estas luchas inconcientes contra el tiempo y la derrota, un tiempo que ante su propio pesar, seguramente me seguirá dando la razón con el paso de su vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

INCREIBLES PALABRAS Y MUY SABIAS....
EXACTAS Y PRECISAS....
COMO UN PASE EN CORTADA...O PARA COMPARAR...UNA EXACTA MEDIDA DE COCA Y FERNET...
GRANDE!!!!

Anónimo dijo...

EL JOSE
" 22 "

Anónimo dijo...

Magistral!, me encantó lo de la dialéctica de la eternidad
Nos vemos en el balcón de los sueños